Visita oficial en Egipto entrevista del Presidente de la Republica, para el periodico egipcio "Al Ahram"- fragmentos -.
Paris, 19 de abril de 2006
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P – Usted y el presidente Moubarak mantienen una posición común al desear que la AIEA se pronuncie a favor de un Oriente-Medio libe de armas de destrucción masiva. ¿Cómo podría esto realizarse mientras Irán insiste en continuar con su programa nuclear? ¿Francia apoya la postura americana de un posible ataque preventivo contra Irán? ¿Cómo prevé usted lograr ese objetivo mientras Israel continua desarrollando su política nuclear de opacidad?
R – La actitud actual de Irán es una fuente de inquietud para la región y para el conjunto de la comunidad internacional. Evidentemente, no cuestionamos el derecho legítimo de este país a la energía nuclear civil, desde el momento en que respete sus compromisos en materia de no-proliferación y, a este respecto, dé garantías objetivas del carácter pacífico de su programa. Sin embargo, la AIEA observó que sus actividades nucleares habían sido llevadas a cabo en secreto. Por otro lado, Irán desarrolla un programa de misiles inquietante.
Cuando tuvimos conocimiento de que Irán violaba sus compromisos, tratamos, junto a nuestros socios europeos, de resolver este problema por la vía de la negociación: se firmó el Acuerdo de París de noviembre de 2004 sobre la suspensión de las actividades de conversión y de enriquecimiento. Los Europeos propusieron entonces a Irán un amplio programa de cooperación, el cual incluía, en particular una ayuda al sector nuclear civil. Las decisiones de los dirigentes iraníes, en agosto de 2005 y enero de 2006, de retomar unilateralmente las actividades sensibles, enfrentándose a las resoluciones unánimes de la AIEA han interrumpido dicho proceso. Por ello tuvo lugar la reacción de la comunidad internacional.
El Consejo de gobernantes de la AIEA acudió al Consejo de seguridad con un enorme apoyo. Este último solicitó a Irán que suspendiera las actividades sensibles de producción de materia fisil. En ambos casos, la comunidad internacional trabajó en consenso y hubo unanimidad en la toma de decisiones en el Consejo de seguridad. Por otro lado, Francia y Egipto están de acuerdo en lo que dice la AIEA, es decir, que la solución del problema iraní contribuiría a la realización del objetivo de un Oriente Medio libre de armas de destrucción masiva y de misiles.
Lo diré con fuerza : la puerta sigue abierta a una vuelta de las discusiones, desde el momento en que Irán acepte las solicitudes de la AIEA y del Consejo de seguridad. Hoy más que nunca, la elección se encuentra en manos de los dirigentes iraníes. Deben entender que, para la comunidad internacional, la perspectiva de un Irán militarmente nuclearizado es inaceptable.
Por supuesto, concedo la mayor importancia al punto de vista del presidente Moubarak sobre este asunto capital para la paz en la región y en el mundo. De hecho comparto totalmente su convicción de que la instauración en Oriente Medio de una zona libre de armas de destrucción masiva constituiría un progreso para la paz y la estabilidad en la región.
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P – La conferencia internacional de Barcelona sobre la cooperación euro-mediterránea no ha logrado alcanzar su objetivo. ¿Tiene usted pensado volver a lanzar el proceso de Barcelona con el fin de fomentar la cooperación cultural, política, económica y social entre los países de la cuenca del mediterráneo?
R – Permítame matizar su opinión sobre Barcelona. En diez años, la asociación euro-mediterránea, único punto de encuentro que reúne al conjunto de los países de esta región, ha conseguido una auténtica legitimidad. Puede hacer alarde de ello. Se ha creado un espacio común, rico en movimiento humano, económico y cultural. Existe un diálogo de seguridad y defensa. Se han cerrado acuerdos de asociación, los cuales han permitido un principio de integración regional. Se han puesto en marcha importantes medios financieros. Esta legitimidad se basa igualmente en una acción específica: se trata de una asociación basada en la igualdad y en un diálogo continuo.
Actualmente, es cierto, nuevas urgencias se imponen. Ambas orillas desean una mayor seguridad, en particular contra el terrorismo, un mayor crecimiento y un mayor intercambio cultural y humano. Existe también el problema del control de los flujos migratorios. Juntos, hemos decidido desarrollar nuevas respuestas a estos nuevos desafíos. Necesitamos introducir una mejor reciprocidad en la relación entre ambas orillas. Debemos ser más eficaces, introducir en nuestra asociación el concepto europeo de cooperaciones reforzadas, para que los países más interesados puedan avanzar.
He propuesto igualmente nuevos instrumentos, tales como la creación de un secretariado político paritario o de un mecanismo reforzado de diálogo político y movilizar medios adicionales, en particular con la creación, en un plazo determinado, de un Banco de desarrollo dedicado al Mediterráneo. Por último he deseado ir aún más lejos en nuestro diálogo cultural con el lanzamiento de un "taller cultural mediterráneo”, el cual reunirá a creadores, pensadores y dirigentes de nuestros país.
En todas estas cuestiones, Egipto desempeña un papel motor a la hora de preservar la originalidad del Proceso de Barcelona y de reforzar su eficacia. La celebración en Egipto, algunos días posteriores a mi visita, de una reunión del Foro mediterráneo en la que participará Francia, constituye otro ejemplo de todo ello.
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