Visita oficial a Egipto discurso del Sr. Jacques CHIRAC, Presidente de la Republica, ante la comunidad francesa afincada en Egipto.
El Cairo - Egipto, 20 de abril de 2006
Señora Ministro,
Señor Diputado,
Señora y Señor Representantes de los Franceses en el extranjero,
Señor Embajador, Señora,
Queridos Compatriotas,
Es un enorme placer poder reunirme hoy con los Franceses afincados en Egipto. Entre Egipto y Francia tiene lugar una bella historia cuyas páginas son escritas por ustedes día a día. Cada uno de ustedes, en su sector, hace que continúe nuestra tradición, una tradición bi-secular de encuentro, de diálogo y de amistad. Cada uno de ustedes participa en esta relación de confianza que hace de Francia un socio comprometido junto a Egipto.
Comprometido, con el fin de que la región dé finalmente la espalda a la violencia, para que recupere el camino de la paz y de la estabilidad. En la tarde de ayer, el presidente Mubarak y yo tuvimos ocasión de intercambiar un amplio número de puntos de vista. Me permitió igualmente reiterar el apoyo de Francia a este gran y bello país, el cual es un actor fundamental en el futuro del conjunto de esta región en Oriente Medio. Considero destacable la determinación del presidente y la del pueblo egipcio, la cual no ha sido quebrantada tras los terribles atentados cometidos el año pasado.
Francia se ha comprometido, junto a Egipto, a compartir una visión común del futuro del mundo, a compartir el mismo rechazo del choque de ignorancias, a tener la misma voluntad para que tenga lugar un diálogo de civilizaciones. Hace unos años decidí elegir a Egipto y al Cairo para animar a Europa a que "construyera un puente hacia el sur", para devolver al Mediterráneo su vocación de ser un punto de encuentro entre el ser humano y las culturas.
Naturalmente, esto me lleva a saludar al conjunto de la cooperación francesa en este bello país, empezando por el prestigioso Instituto francés de Arqueología oriental. Desde Champollion, Mariette o Maspero, Francia ocupa el primer lugar en este sector y se mantiene en el más alto nivel de competencia y de investigación, de Saqqarah a Alejandría, de Luxor a Tanis.
Ciertamente, a los Franceses les gusta Egipto. Cada año, cerca de 500.000 compatriotas visitan este país para descubrir sus tesoros. Esta amistad es compartida. En Egipto, donde la educación constituye un desafío fundamental, necesitamos hacer todo lo posible para que la formación francesa sea aquí un punto de referencia. Deseo rendir homenaje a los profesores, quienes, en nuestras escuelas o en un medio egipcio, contribuyen a mantener este nivel de excelencia.
He tenido el placer de inaugurar esta mañana, junto al presidente Hosni Mubarak, la Universidad francesa de Egipto, la cual, además del apoyo de nuestros dos gobiernos, se beneficia de la ayuda de nuestras mejores universidades, así como de la ayuda material y financiera de las empresas de nuestros dos países. Deseo agradecer a aquellos que han apoyado este bello proyecto y reitero todo mis deseos de éxito incuestionable.
Francia se ha comprometido junto a Egipto para apoyarle en su voluntad de modernización y de apertura. Me refiero, en particular, a la reforma de la Constitución. Francia está igualmente dispuesta a acompañar a Egipto en la vía de las reformas económicas en las que se ha comprometido.
Actualmente somos el segundo socio comercial y financiero. Junto al Primer ministro egipcio, tendré más tarde el placer de crear el nuevo Consejo presidencial de asuntos Francia-Egipto, en el Smart Village, símbolo de la voluntad de Egipto de ser un actor principal en el sector de las nuevas tecnologías.
Queridos Compatriotas, este es el carácter esencial del mensaje que he deseado transmitir, en nombre de Francia, a nuestros amigos egipcios.
Ante la tentación de estos tiempos de encerrarse en sí mismo, Francia necesita a hombres y a mujeres como ustedes, capaces de escoger vivir en el extranjero y dar a conocer nuestros talentos, nuestras costumbres, nuestros valores. Permítanme saludar a aquellas y a aquellos de vosotros que aceptan dedicar su tiempo y su energía al servicio de nuestra comunidad. Me refiero en particular a las asociaciones de Franceses, a los responsables de Caire Accueil [Acogida-el Cairo], a la Société de Bienfaisance [Sociedad Benéfica], a las asociaciones de padres de alumnos y a todas aquellas y aquellos que se movilizan para garantizar nuestra solidaridad nacional. Pienso en vuestros electos, los cuales saludo y doy las gracias de todo corazón.
Soy consciente de que la vida de vuestra comunidad, así como la del conjunto de los Franceses del extranjero, está llena de interrogantes y de dificultades. Naturalmente, la primera de sus preocupaciones es la escolarización de sus hijos y desean que se construya un nuevo edificio para el Liceo francés del Cairo. El terreno ha sido adquirido y, como sabrán, el proyecto está en marcha. Se firmarán en breve los planos del nuevo establecimiento y las obras comenzarán y terminarán lo antes posible. Estaremos encantados de recibir a nuevos alumnos, no sólo los que provienen de su comunidad, sino también los de las familias francófonas que, haciendo gala de amistad y de honor, decidan escogernos.
Señoras, Señores,
Queridos Compatriotas,
En el día de hoy, deseo darles las gracias por encarnar aquí a esta Francia en busca del diálogo y de la fraternidad. Esta Francia que cree en el respeto del otro y que desea reunir a los hombres, a las creencias, a las tradiciones, en una región con tantas tensiones, con tantas crisis. Esta Francia que exporta lo mejor de ella misma y que trabajará al máximo por el diálogo de culturas.
Muchas gracias.
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