Conferencia de prensa del Sr. Jacques CHIRAC, Presidente de la Republica, al termino de la IV Cumbre de los Jefes de Estado y de Gobierno Union Europea/Latinoamerica y Caribe

Viena – Austria, 12 de mayo de 2006


Señoras y Señores, me gustaría, en primer lugar, expresar públicamente al canciller Schuessel y a todos sus colaboradores mi reconocimiento y mi estima por la calidad de su acogida y la organización de esta cumbre que no se anunciaba fácil, debido al número de delegaciones y que ha sido asumido por las autoridades austríacas con un gran nivel de calidad.

Se trata de la cuarta edición de un proceso que recuerdo, es el fruto de una iniciativa tomada por España y por Francia y que, con acuerdo total con Brasil, fue lanzada con motivo de la Cumbre de Río.

Me gustaría señalar uno o dos aspectos al término de esta cumbre. En primer lugar, la fuerte participación que ha tenido lugar, tanto por la parte europea como por parte de Latinoamérica – Caribe. En segundo lugar, existe un gran deseo, evidente, por parte de los países Latinoamericanos y del Caribe, de reforzar sus vínculos políticos, económicos y culturales con Europa. Rara vez había recibido este deseo con tanta fuerza como ahora. Soy plenamente consciente del fuerte vínculo que existe entre Latinoamérica y Europa.

Europa es el primer inversor en Latinoamérica, el segundo socio comercial ; Europa es igualmente un socio cultural esencial, pero en el día de hoy la tradición me ha parecido expresada con mucho más fuerza que como lo había sido hasta ahora. Existe una auténtica necesidad de que Europa se exprese a través del conjunto de los Jefes de Estado y de gobierno, de los representantes de los pueblos latinoamericanos y del Caribe. Está muy claro. Con mucha probabilidad, muchas de las razones tienen que ver con la evolución de estos pueblos y en particular con el auge democrático y el desarrollo económico que actualmente vive de manera incuestionable Latinoamérica y el Caribe, aunque por desgracia, sigan marcados por una extrema pobreza. Sin embargo, existe una evidente necesidad de Europa.

Por lo tanto, hemos tenido ocasión de discutir profundamente con motivo de estas mesas redondas y de esta reunión global. Por supuesto, hemos mantenido, entre la tarde de ayer y durante el día de hoy, un cierto número de contactos bilaterales. Todo ello se ve confirmado en la declaración que ha sido distribuida o que lo será más adelante. Permite confirmar los progresos alcanzados en los dos ámbitos prioritarios que fijamos en México en 2004, es decir, la cohesión social y el multilateralismo.

Existe una toma de conciencia cada vez más fuerte de las exigencias de la cohesión social, lo cual implica en particular a la lucha contra la pobreza y a la pobreza extrema, la cual afecta enormemente todavía a estos países y a estas regiones, así como tomar consciencia de que únicamente el multilateralismo puede aportar una reflexión y una solución a los problemas de esta región – y de hecho, de todo el mundo-.

Igualmente un deseo de cooperación, más allá de los problemas culturales o económicos manifestados, en un compromiso en beneficio de Haití. He tenido la oportunidad de apoyar fuertemente esta postura y debo decir que ha sido expresada a la vez con mucho sentimiento y competencia por la Sra. Bachelet, con motivo de la reunión de trabajo durante el almuerzo, quien ha solicitado en particular al día siguiente de los comicios y con la esperanza de que vuelva la estabilidad democrática en Haití, que la comunidad internacional, es decir, esencialmente las comunidades latinoamericana y europea, hagan un esfuerzo adicional y aporten los medios necesarios para el nuevo gobierno haitiano, cuya instalación está prevista para el domingo, en presencia del ministro francés de Asuntos exteriores, quien representará a nuestro país. Se trata, en realidad, de que este país tenga una verdadera oportunidad a la hora de encontrar su sitio dentro de un sistema estable, democrático y en desarrollo.

Es evidente que, a nivel político, he observado que hemos sido más conscientes que en otras ocasiones, cumbres o reuniones anteriores – y repito, puedo ver en ello la evolución de la mentalidad política en Latinoamérica -, la necesidad de hacer esfuerzos más importantes, para reforzar en particular la cooperación global frente a las amenazas contra la paz del terrorismo, de la criminalidad, de la proliferación. Es posible que se deba también a esta toma de consciencia por parte de los responsables latinoamericanos – los Europeos eran plenamente conscientes – para asumir igualmente el desafío de la crisis ecológica. Hasta este momento, lo cual podemos comprender, un cierto número de países, bien para que no se alterara su desarrollo económico o por fatalidad o ignorancia de los problemas, no se preocupaban de su problema ecológico ni del respeto del medioambiente.

Con motivo de esta cumbre, hemos sentido un auténtico interés de manifestarse a este respecto. Quizás no sea algo determinante aún, pero sin duda es positivo. Me di cuenta de ello, en particular, en el apoyo que obtuve sobre la propuesta que, como sabrán, es ya tradición para Francia, de crear una auténtica organización de las Naciones unidas para el medioambiente. Creo que no controlaremos los problemas del medioambiente, los cuales son cada vez más importantes y actuales, sin una organización internacional y una capacidad de imponer soluciones. Dicha idea ha progresado de considerablemente, lo cual me ha llegado profundamente y un cierto número de países se han expresado claramente para apoyar nuestra posición en este ámbito. No ha sucedido así en todas partes, pero sí es cierto que la idea ha progresado enormemente.

Debemos ser aún más conscientes de los problemas que constituyen los problemas sociales y que están condicionados por una evolución económica ciertamente positiva, dirigida, orientada hacia el crecimiento, pero que debe ser todavía impulsada. De ahí la decisión que hemos tomado – me refiero a Europa – de abrir las negociaciones sobre un acuerdo de asociación con el mercado común de Centroamérica.

Nos hubiera gustado hacerlo igualmente en lo que respecta a la comunidad andina, pero ésta, como sabrán, vive actualmente ciertos problemas internos que no me corresponde comentar ni juzgar, pero que no nos han permitido, en cualquier caso, progresar del mismo modo que con el mercado común de Centroamérica. A cambio, llevamos a cabo las discusiones de manera positiva, en vistas a un acuerdo de asociación con Mercosur.

Es igualmente necesario reforzar la cohesión social y combatir mejor la pobreza, las desigualdades, las injusticias, la situación de un cierto número de minorías que son indiscutiblemente maltratadas y que no deberían serlo.

Por último, hemos decidido igualmente dar un mayor contenido a nuestros intercambios de estudiantes, ya que se trata de la clave del desarrollo perenne de nuestros intercambios. De nuevo, en este punto, he propuesto que Europa aumente su financiación en lo que respecta a las becas y a la acogida de estudiantes latinoamericanos en nuestras grandes escuelas y universidades. De nuevo, hemos adoptado una positiva decisión.

He aquí, a nivel general, el ánimo que he podido observar. Repito que se trata de una evolución que estimo positiva, importante, interesante y que estimo portadora de un refuerzo mayor de los vínculos tradicionales, históricos, culturales y hoy en día económicos que existen entre Europa y Latinoamérica.

P – Señor Presidente, ¿cuál es el estado de los hidrocarburos? El presidente Morales dijo ayer que no habría indemnización y hoy que no se trata de expropiación. ¿Cree usted que tras las nacionalizaciones que conciernen a veintiséis compañías extranjeras, entre las cuales se encuentra Total, la posición de Bolivia se ha esclarecido o un algo más clara que ayer?

R – No me corresponde pronunciarme por Bolivia. Tan sólo puedo darles mi opinión. Ya saben que, inmediatamente después de su elección, recibí al presidente Morales en París. Esta mañana mantuvimos una reunión cara a cara, a lo largo de la cual me ha transmitido sus impresiones, las cuales no son exactamente las mismas que pensaba haber entendido a tenor de los comentarios que había leído o escuchado ayer.

El presidente Morales – y esta es mi opinión personal, no le comprometo en absoluto – me ha parecido totalmente determinado a desarrollar una política económica que permita crear riquezas y distribuirlas mejor; le preocupa, por lo tanto, su política económica. Naturalmente, esto implica una preocupación por el desarrollo de las inversiones y por lo tanto de las inversiones extranjeras, por que la riqueza energética de su país sea gestionada bajo la responsabilidad del gobierno y del pueblo boliviano. Lo cual es perfectamente comprensible. Pero también me ha parecido preocupado por mantener con las empresas concernidas un diálogo y un acuerdo que excluye, por lo que he entendido, todo espíritu de expulsión o de expropiación.

Esto es lo que he entendido tras mi entrevista de esta mañana con el presidente Morales, quien es ante todo un hombre muy respetable, en primer lugar porque es el presidente pero sobre todo porque se trata de un hombre que ha devuelto su honor a una población de gran mayoría en su país y que, conviene decirlo, lo había perdido un poco desde hace cuatro o cinco siglos.

P – No se trata de un tema abordado a lo largo de esta cumbre, pero desearía no obstante preguntarle sobre el asunto Clearstream, si así me lo permite. Cada día que pasa salen a la luz revelaciones que envenenan la vida política y al gobierno; ¿cree usted que esto es sostenible y qué cree usted que se intenta alcanzar con ello?

R – Querido señor, hace dos días tuve ocasión de expresarme públicamente sobre esta cuestión y estoy seguro de que ya lo sabe usted. No tengo nada más que decir. Añadiré que, como sin duda ya sabe usted, no tengo por costumbre comentar la vida política interior francesa cuando me viajo al extranjero.

P – No obstante, ¿no cree usted que este asunto, el cual sigue la línea de las crisis de las periferias y las del CPE, pueda llegar a afectar a la capacidad de la acción del gobierno francés en Europa y en el mundo?

R – En cualquier caso, no. Quiero decir con ello que pensé que mencionaría usted a Europa, al consistir en ello su vocación; por lo tanto, responderé en particular en lo que respecta a Europa. En cuanto al mundo, si consideramos a Latinoamérica y al Caribe como el mundo o como parte de él, puedo asegurarle y decirle que la posición de Francia, tal y como se ha expresado en el día de hoy, tal y como ha sido recibida y a tenor de los resultados observados, demuestran que esta inquietud no tiene razón de ser, en lo que concierne en cualquier caso a la autoridad y a la iniciativa que pueden ser tomadas por nuestro país.

Sobre Europa, le diré lo mismo. He mantenido una larga entrevista, en el día de ayer y de hoy, con el presidente Barroso, porque deseaba confirmarle mi acuerdo y darle las gracias por la declaración que hizo el miércoles junto a su vicepresidenta, la Sra. Walstrom, en lo que respecta a las perspectivas y al futuro de la Unión europea, lo que evidentemente es un tema de preocupación.

Por consiguiente, he insistido en primer lugar en indicarle que su orientación, su punto de vista, sus propuestas, contaban con el apoyo total de Francia. Un apoyo aún mayor si se tiene en cuenta que, según me ha indicado, desarrolla, en realidad, las tesis que yo mismo desarrollo desde hace un año. Es decir, privilegiar, en primer lugar, a la Europa de los proyectos y de los resultados, lo cual sin duda alguna representa la mejor manera de reconciliar a Europa con los Europeos. En cualquier caso, con los Europeos escépticos.

Nos congratula y así se lo he comunicado al presidente Barroso, encontrar en el conjunto de sus propuestas, todas aquellas que tuve ocasión de realizar desde hace un año. Independientemente de lo que pueda pasar para el tratado institucional, se trata de la búsqueda de las mejoras necesarias para el funcionamiento de las instituciones, pero en el marco de los tratados. Las instituciones deben ser, sin duda alguna, mejoradas y este era el objetivo de la Constitución. Pueden ser igualmente mejoradas en el marco del funcionamiento de los tratados. El presidente Barroso y la Comisión, al expresarse en nombre de ella, han retomado dicho tema de la manera más clara.

Por otro lado, llevar a cabo una reflexión sobre la estrategia de ampliación y la estrategia de absorción – y ya saben que sobre este tema ya he realizado propuestas, indicando que no se podía seguir ampliando Europa sin tomar un mínimo de precauciones y sin discutirlas, sin saber cuáles son las condiciones que deben ser respetadas, en particular en el plano financiero, en el plano institucional, en el plano político, es decir, teniendo en cuenta el acuerdo de las opiniones públicas. Y este debate, que debía ser el del mes de junio, durante el próximo Consejo, sobre la estrategia de ampliación y la capacidad de absorción, es exactamente la propuesta que ha realizado el presidente Barroso.

Del mismo modo solicité – lo cual ha sido precisado igualmente en las propuestas de la Comisión – que se tomara aún más en cuenta la dimensión social en la realización de un mercado interior. Por lo tanto, he aprobado naturalmente las propuestas expresadas por el presidente Barroso y así se lo he hecho saber.

Pero esto me permite decir igualmente que, sobre este punto, teniendo en cuenta algunas observaciones que he podido hacer, que, contrariamente a una observación algo precipitada de las cosas, Europa no está averiada. Esto último no tiene ningún sentido. Europa sigue funcionando normalmente. Podría funcionar quizás mejor, de otra manera, pero sigue funcionando. Citaré simplemente cuatro ejemplos. El relanzamiento de la Europa de los proyectos.

Me permito recordarle que, tras haber discutido en París con Tony Blair sobre la preparación de la cumbre europea de Hampton Court, éste último me comentó que, por un gran número de razones, no deseaba que se mencionara en ese momento el problema del presupuesto y que prefería que se hablara del problema de los proyectos; por lo tanto, me pedía inaugurar este debate en Hampton Court, proponiendo proyectos prioritarios, con el fin de acentuar el avance de Europa.

Así hemos actuado en un cierto número de cuestiones que han sido retomadas integralmente y Europa avanza en este sentido. En particular, hemos tomado decisiones sobre la investigación y en particular sobre el traslado de una parte de los propios fondos del Banco europeo de inversiones a un sistema que permita prácticamente duplicar el esfuerzo europeo en investigación para el periodo 2007-2013. Esto fue una decisión que propuse en Hampton Court, cuyo principio ha sido adoptado durante el último Consejo europeo y el cual será aplicado, según ha podido confirmarme el presidente Barroso, en las próximas semanas.

Del mismo modo, existía este asunto sobre la directiva Bolkenstein, sobre la cual se ha escrito enormemente, pero que era totalmente incompatible con nuestro concepto, nuestra visión del modelo social europeo. Hemos luchado para que esta directiva Bolkestein sea modificada profundamente y que vuelva a ser compatible con el modelo social europeo. Así se hizo, lo cual ha supuesto igualmente un progreso importante y en ningún momento fácil, ya que no existía una unanimidad de puntos de vista, como ya sabe, en el plano europeo.

Del mismo modo, desde hace más de un año señalábamos la necesidad de que existiera una política energética europea. ¡La tenemos! La hemos decidido. Había sido propuesta en Hampton Court y fue decidida durante el último consejo europeo. Se desarrolla con normalidad. Se desarrolla a partir de ideas que eran las del memorándum francés, el cual ha inspirado directamente al Libro verde de la Comisión, el cual es simple y llanamente una recopilación casi íntegra de las propuestas del memorándum francés. Ya conocen estos temas, no tengo necesidad de hacer hincapié en ellos.

Por lo tanto, me gustaría simplemente indicarle que, a nivel europeo, estoy contento de haber tenido este encuentro con el presidente Barroso y de haber podido observar que existe un progreso, que no nos dejábamos cegar por una situación política determinada, por muy reprochable que fuera, sino que teníamos la determinación de avanzar y que, para avanzar, las propuestas y la influencia de Francia eran determinantes. Así me lo hizo saber el Sr. Barroso, con total legitimidad y así ha sido demostrado por él durante su conferencia de prensa del miércoles.

P – Señor Presidente, soy un Latinoamericano muy preocupado por la suerte de mis compatriotas a causa de la ley que va a ser votada en el Parlamento francés, aquella que se denomina "ley Sarkozy", la del ministro del Interior. ¿Cuál es su opinión ante las expulsiones que van a producirse?

R – Le diré dos cosas. No debe usted preocuparse, en particular por sus compatriotas. De hecho, no debe usted preocuparse por una simple razón: aquellos que estén en regla, por definición, no deben preocuparse. Y aquellos que no lo estén no habrían debido venir. Como usted comprenderá, todo está siendo tratado con toda la humanidad necesaria.

En Francia no existe tradición alguna que no respete la humanidad necesaria. Pero es igualmente pertinente – y esto es un problema muy general, es decir, un problema europeo, disponer de un mínimo de coherencia en una política de inmigración, o se crearán de lo contrario más problemas que resoluciones. ¡Pero no se preocupe usted!

P – Señor Presidente, Francia y el Reino Unido tratan de conseguir que el Consejo de seguridad adopte un proyecto de resolución elaborado en común, basado en el Capítulo VII, el cual permite el uso de la fuerza contra Irán. Señor Presidente, ¿no cree usted que este proyecto de resolución está en contra de la posición de Francia, quien rechaza o no prefiere recurrir a los medios militares contra este país?

R – En primer lugar, esta resolución está en curso de negociación. Por lo tanto, aún no ha sido adoptada. En segundo lugar, nuestro objetivo – y este es un objetivo que Francia apoya totalmente -, es que tengamos la capacidad de imponer las decisiones adoptadas por el Consejo de seguridad. El Consejo de seguridad se pronunciará sobre el informe de la Agencia internacional de la Energía atómica. Nuestra preocupación es que el Consejo de seguridad sea escuchado y añadiré que obedecido. No es posible querer una organización mundial coherente y eficaz sin preocuparse por lo que decida el Consejo de seguridad, única organización capaz de tomar decisiones.

Usted ha mencionado el capítulo VII. No estamos en contra de que se haya hecho mención del capítulo VII. Pero me gustaría recordar que dicho capítulo no implica la aplicación automática de sanciones ni recurrir a la fuerza. Por lo tanto, nuestro objetivo es simplemente el de disponer de una resolución que pueda tener efecto, es decir, que pueda ser acatada.

P – Permítame volver sobre la cuestión Clearstream, Señor Presidente. Sé muy bien que esta cuestión se encuentra en manos de la justicia, que han denunciado los rumores y las calumnias. No obstante, se siguen produciendo revelaciones; el general Rondot, quien tengo entendido que es una personalidad notable, deja entender que usted ya conocía este asunto. ¿Qué opina usted? ¿Porqué se trata de una manipulación destinada a ensuciar a políticos? ¿Conocía usted lo ocurrido?

R – Querida Señora, creo haberme expresado anteriormente sobre este tema y no tengo nada más que añadir.

P - ¿Qué puede esperar Haití de Francia en particular, Señor Presidente y de esta cumbre en general?

R – Muchas cosas de Francia, de Europa y de la cumbre. En primer lugar, de Francia, una completa solidaridad. Existe un vínculo muy antiguo entre Haití y Francia, así como una estima compartida. Ciertamente, Haití ha conocido una evolución política agitada y diré que incuestionable, pero esto no modifica en algo los sentimientos. Actualmente, la situación deja pensar en una evolución positiva.

Han tenido lugar comicios. No he tenido el sentimiento de que hayan sido cuestionados, de hecho no lo han sido. El próximo domingo un presidente será investido oficialmente. Haití puede contar con la solidaridad política, económica, financiera y cultural de Francia. Esto en primer lugar.

Para Europa, hemos mencionado desde hace tiempo sus problemas para mantener la contribución de Europa a un nivel elevado, para el desarrollo económico necesario, hoy en día, en Haití, por razones a la vez sociales y económicas. Por lo tanto, Europa está decidida a hacer todo lo necesario. Recordé durante mi intervención que Francia solicitaba que los cerca de quinientos millones de dólares previstos para el desarrollo en Haití fueran aplicados inmediatamente.

Por último, a nivel latinoamericano, se ha expresado una auténtica solidaridad. En primer lugar, se ha expresado en el marco de la participación de un cierto número de países latinoamericanos, in situ, en lo que respecta a la seguridad en el marco de la ONU. Más adelante, se ha expresado a nivel material y financiero y, por último, a través de la Sra. Bachelet, presidenta de Chile, mediante una clara voluntad política de apoyar al máximo los esfuerzos del nuevo presidente y del nuevo gobierno de Haití, con el fin de desarrollarse a nivel económico y sobre todo para responder a las exigencias extremadamente urgentes de la solidaridad social.

P – Señor Presidente, mi pregunta concierne a las protestas y manifestaciones de los jóvenes Franceses. ¿Qué cambios ha provocado en política y qué deben aprender los otros países de estos movimientos de los jóvenes?

R – En primer lugar, ¿qué ha cambiado? En particular para el caso de Francia, ha permitido ser conscientes de la situación de un cierto número de jóvenes, en particular de jóvenes provenientes de la inmigración, pero no sólo de ellos, los cuales se encuentran en una situación de desempleo inaceptable. Y, por lo tanto, consciencia de la prioridad absoluta que es necesario dar al empleo de los jóvenes. Es más fácil hablar que actuar, pero es la primera consecuencia que debemos obtener. Del mismo modo, existe la necesidad de acelerar la política de cohesión social, lanzada desde hace más de un año, por el gobierno, para tratar de responder a la situación que existen en un cierto número de barrios difíciles, principalmente alrededor de las grandes ciudades.

Por tanto, ¿qué conclusión podemos obtener en el extranjero? Como ya sabrán, todas las experiencias son útiles, ya que todo lo que ha ocurrido en Francia puede perfectamente suceder en otro lugar, bajo una forma u otra. Cada país tiene sus reacciones psicológicas y naturalmente no son comparables. No obstante, comparten la misma naturaleza y por lo tanto la experiencia, si puedo denominar como francesa, una triste experiencia de la que debemos obtener todas las consecuencias y que puede también ser útil para un cierto número de países extranjeros que tienen problemas similares, en particular en lo que concierne al desempleo de los jóvenes.

Muchas gracias.