Conferencia de prensa de Jacques Chirac, Presidente de la República, al final del Consejo Europeo
Bruselas, 17 de junio de 2005
Señoras y Señores, Europa está atravesando una grave crisis.
En realidad, hemos rozado un acuerdo. Tengo ya bastante experiencia en Europa y sé que, normalmente, el reflejo tradicional de la familia europea es que cuando ha rozado un acuerdo, al
final acaba lográndolo porque el espíritu positivo empuja a cada miembro a dar el pasito necesario para alcanzar un acuerdo. Hoy no ha sido así. Y es importante que seamos conscientes
de ello, que lo analicemos y que nos enfrentemos a las consecuencias.
La gran mayoría de los países estaban a favor de la que ha sido la última postura de la presidencia luxemburguesa que yo diría que era una propuesta razonable se mire por donde se mire. Es evidente que no satisfacía todas las exigencias y reivindicaciones de todos, pero era una propuesta razonable. Y sin embargo, algunos países, muy pocos, se han negado a llegar a un compromiso marcando de este modo una profunda ruptura con la tradición habitual en lo que respecta al espíritu europeo.
La idea era que cada uno aportara una contribución razonable y equitativa, en particular a los gastos derivados de la ampliación. Personalmente, lamento que el Reino Unido se haya negado a aceptar aportar esa parte equitativa y razonable a los gastos de la ampliación. Ha querido mantener su cheque intacto y eso ha llevado a algunos países a dar rienda suelta a actitudes exigentes y a actitudes de interés estrictamente nacional en detrimento del interés europeo. Y tal vez sea esta nueva situación en Europa lo que más nos preocupa, mucho más, repito, que el problema puro y duro de no haber alcanzado un acuerdo sobre las perspectivas financieras, acuerdo que es, por cierto, total y absolutamente necesario. Es un resultado negativo para Europa.
Todo esto en lo que se refiere a las perspectivas financieras. En cuanto al Tratado constitucional, hemos logrado un acuerdo político sobre dos puntos: la continuación del proceso de ratificación adaptándola a las nuevas circunstancias, siendo cada uno libre de tomar la decisión que quiera para llevar hasta el final el proceso de ratificación y el lanzamiento de una reflexión que es, a mi juicio, algo fundamental, en base a una propuesta de Francia, para analizar, entender y aprender del mensaje transmitido por los ciudadanos de los dos países que han votado "no y, de forma más general, por los ciudadanos europeos que, indudablemente, se hacen preguntas y ponen de manifiesto que hay un desfase entre el funcionamiento actual de Europa y la percepción que tienen cada vez más europeos sobre la realidad de esa Europa.
De manera que hay que emprender esa reflexión sin falta. Por eso propuse que nos reuniéramos en base a modalidades que debemos poner a punto y que aprendiésemos juntos. Debemos escuchar el mensaje que nos han transmitido, debemos comprenderlo y sacar las consecuencias del mismo. Va a haber una cláusula de reunión que tendrá lugar en el primer semestre del año que viene, 2006, para que analicemos juntos las consecuencias de ese mensaje.
Fiel a su vocación europea, Francia ha abordado este Consejo con la voluntad de ser constructiva para mantener vivo el espíritu de unidad y unión y en línea con la presidencia luxemburguesa. Quiero rendir un homenaje muy particular a Jean-Claude Juncker que ha demostrado ser un gran europeo que ha puesto toda su experiencia, competencia, inteligencia y espíritu de compromiso al servicio de Europa para que esta sea un éxito. Por desgracia, su esfuerzo no se ha visto recompensado por el éxito. Europa necesitaba ese acuerdo y Francia ha hecho todo cuanto ha podido por facilitarlo, junto a muchos otros, por supuesto. Pero hemos topado con el problema que acabo de explicar.
Ni que decir tiene por lo tanto que ahora tenemos que ponernos a trabajar. Francia piensa hacerlo junto a todos sus socios que, como ella, desean una Europa política, ambiciosa y solidaria.
Hasta aquí los comentarios que quería hacerles antes de cederles la palabra.
Pregunta.- Señor Presidente, ¿qué les dice a los países de la nueva Europa que tanto esperaban este acuerdo y que estaban dispuestos a sacrificar e incluso a renunciar a una parte del dinero que se les debe? ¿Por qué no ha estado usted dispuesto a establecer relación entre el cheque británico y la agricultura?
Respuesta.- Quisiera decir un par de cosas: la primera es que no existe relación entre el cheque británico y la agricultura. Nadie pedía que se estableciera esa relación, salvo los propios británicos, porque no es una demanda legítima ni está justificada. Ha hecho usted bien en recalcar la actitud de la mayoría, de todos los nuevos miembros. Hemos vivido en este Consejo un momento cargado de patetismo, y no exagero, cuando uno detrás de otro, esos países que son los menos ricos de todos, que acaban de ingresar en la Unión y que estaban consternados por la actitud de los países más ricos al negarse estos a revisar sus ventajas adquiridas, les hemos escuchado decir uno detrás de otro, de forma absolutamente espontánea y, una vez más, cargada de patetismo, que aunque ellos no tengan gran cosa, aceptaban eso si de esa manera se podía reabrir la negociación, si la presidencia aceptaba de ese modo reabrir la negociación, aceptaban renunciar a algunas ventajas que se les habían concedido. Seis o siete de ellos han dicho lo mismo sucesivamente. Ha sido muy impresionante.
La verdad es que frente al egoísmo que han demostrado dos o tres países ricos delante de esos países pobres, escucharles decir que ellos están dispuestos a devolver parte de lo que se les ha dado con tal de reabrir la negociación ha sido muy emocionante. Esos países estaban demostrando la voluntad que tienen de amar Europa, de que son capaces de esperanza, solidaridad y comprensión. Nos han dado una hermosa lección para la Europa del día de mañana. Por desgracia, aún no se ha escuchado esa lección. Al menos por el momento.
P.- Dice usted que algunos países se ha negado a que se revisen sus ventajas adquiridas. ¿Pero no es ese su caso puesto que se ha negado a que se revise la PAC?
R.- Ante todo, permítame decirle que Francia ha dado un paso considerable al aceptar, en particular, aumentar el presupuesto que, permítame recordárselo, ya ascendía a más de diez mil millones de euros, es decir, un paso bastante considerable. No voy a volver a hablar de la PAC puesto que, hace unos momentos, he podido desarrollar mi punto de vista ante algunos de ustedes.
Tan solo voy a recordar que la PAC es una política moderna, dinámica y de acuerdo con los intereses de Europa. Ha permitido a Francia, que hace cincuenta años era un considerable
importador de productos agrícolas y alimentarios, convertirse en un gran país exportador. Ha creado un importante número de millones de puestos de trabajo en una industria agrícola y
alimentaria considerable. Corresponde a un mundo en el que la demografía se acelera y en el que, por desgracia, la alimentación agrícola y alimentaria no puede seguir ese ritmo. Por lo
tanto es un mundo que avanza poco a poco hacia una importante falta de productos agrícolas y alimentarios. Europa debe participar en la creación de esos recursos agrícolas y
alimentarios. Es un elemento modelo en lo que se refiere a la seguridad por sus costumbres, tradiciones y competencia.
Por lo tanto, decir a día de hoy que la PAC no es una política moderna es, simple y llanamente, ser extrañamente ignorante o, simplemente, dejarse llevar en los lugares de reunión
comunes donde se tiene la costumbre de repetir las cosas sin reflexionar antes.
P.- Señor Presidente, sobre la Constitución. Los daneses votaron dos veces sobre el mismo Tratado europeo. Los irlandeses también. ¿Por qué no también los franceses?
R.- Las circunstancias eran completamente diferentes. No se puede comparar un Tratado constitucional cuya ambición era afirmar una serie de valores, garantizarlos y crear instituciones adaptadas a las exigencias de la ampliación y de la gobernabilidad mundial, y los problemas que pudieron solucionarse sin mayores dificultades con reajustes secundarios, en el caso de Irlanda para su estatuto de neutralidad, o de Dinamarca, respecto a algunos problemas de política interior y de política JAI. Así que no se pueden comparar esas dos situaciones. Son dos cosas muy distintas. Eso sí, respeto profundamente los esfuerzos que han hecho los representantes daneses en esta negociación. Han sido totalmente solidarios con el resto para buscar una solución para las perspectivas financieras.
P.- Ha hablado de una cita a comienzos del próximo año. También ha mencionado el egoísmo de algunos países. ¿Cree usted que los seis meses de presidencia británica que están a punto de comenzar van a ser seis meses en los que nada o casi nada va a suceder?
R.- El tiempo nos lo dirá, estimado señor. Aunque es cierto que no hemos empezado con buen pie.
P.- Mi pregunta entronca un poco con la de mi colega: ¿es posible saber, prever, cuándo se va a adoptar un presupuesto para la ampliación? ¿Significa todo esto que esa negociación se pospone un año, hasta que finalice la presidencia británica?
R.- La verdad es que es muy difícil responder a esa pregunta. Espero que podamos adoptarlo el 1 de enero de 2007. Es fundamental. Espero que podamos conseguirlo.
P.- Señor Presidente, ¿cree que en este Consejo ha aparecido una postura más liberal de Europa o en absoluto?
R.- Lo que creo es que lo que ha aparecido ha sido una visión debilitada de Europa.
P.- Quería preguntarle acerca de esos dos o tres países que se han levantado en contra y que usted ha calificado de egoístas. ¿No cree que si han tenido el valor de pronunciarse de esa manera ha sido por el debilitamiento de Francia debido a la victoria del "no" en el referendo?
R.- Creo que no entiendo bien su pregunta...
P.- Quiero decir que los dos o tres países...
R.- Sí, eso lo había entendido.
P.- ¿No cree que ahora han tenido el valor de defender esa postura debido al debilitamiento de Francia?
R.- Por lo que respecta a las del Reino Unido y Holanda, ambos países las habían anunciado claramente antes de los referendos.
P.- Señor Presidente, ¿podrá Francia ratificar algún día el Tratado constitucional? De ser así, ¿cuándo? En segundo lugar, ¿cree que la Cumbre de hoy podrá tener consecuencias, en su opinión, sobre el proceso de negociación con Turquía y Croacia?
R.- Con el proceso de negociación, a priori no. Son dos cosas totalmente distintas. Lo que está claro es que las exigencias de Europa tenderán a aumentar.
P.- Señor Presidente, ¿podría hacer algún comentario a la candidata a canciller alemana que ha instado a no limitarse a la santidad de la PAC? ¿Cree que ese llamamiento ha influenciado los debates de hoy?
R.- Lo cierto es que no he escuchado ningún llamamiento así que no puede decirle nada al respecto. Lo que sí puedo decir es que el canciller alemán ha respaldado claramente la postura
de Francia, aunque sea un asunto que le afecta de manera más indirecta. Lo ha hecho simplemente porque, como yo, cree que se trata de una política moderna y de futuro. Es una política
que podremos revisar en 2013, cuando expire el acuerdo que todos firmamos.
Por el contrario, quisiera recordar algo, porque he escuchado una observación de ese tipo alrededor de la mesa, que emanaba de nuestros amigos británicos, que hablaban de los gastos de
investigación. Les he dicho que si bien el gasto agrícola estaba estabilizado en el acuerdo, el gasto de investigación aumenta por su parte más de un tercio. Es algo, naturalmente,
que se ha eliminado por la postura de los que no quisieron suscribir el acuerdo.
P.- Señor Presidente, ¿esta crisis de Europa, el fracaso de esta tarde, hace imposible la labor de los que, en Francia, quieren hacer reflexionar a los ciudadanos que votaron "no" en el referendo?
R.- No se trata de hacer reflexionar a los ciudadanos que votaron "no". Se trata de entender por qué en Francia y en Holanda los ciudadanos han votado "no" de forma masiva. Si lo han
hecho es porque tienen razones que nosotros debemos ahora examinar de cerca. Debemos escucharles.
Además, salta a la vista que en los otros países en los que no va a haber referendo o en los que aún no ha habido referendo, los ciudadanos se hacen las mismas preguntas. Por eso
tenemos la obligación (de ahí que haya propuesto esta reflexión de conjunto en profundidad) de escuchar lo que nos han dicho, de entender por qué existe esta especie de "divorcio"
entre Europa tal como la construimos y Europa tal como la ven un importante número de ciudadanos europeos. _ Es fundamental.
Gracias.