Mensaje del Sr Jacques CHIRAC, Presidente de la República, Conferencia de las Partes en Convención marco de Naciones Unidas sobre el cambio climático y en el Protocolo de Kioto.
Nairobi, 15 de noviembre de 2006
Señor Presidente,
Señor Presidente de la Conferencia,
Señoras y Señores Ministros y Jefes de delegaciones,
Señoras y Señores:
Se han reunido en Nairobi con el fin de tomar las decisiones imprescindibles para luchar contra el cambio climático. Deseo transmitirles la gran preocupación y la determinación de Francia.
El reciente informe de Nicholas Stern cifra por primera vez el coste impresionante de la inacción y demuestra, como si fuese necesario, la urgencia de una acción colectiva inmediata y ambiciosa. Y, a decir verdad, la movilización internacional sigue siendo terriblemente insuficiente.
Es cierto que más de 160 países han ratificado el Protocolo de Kioto. Pero hoy, pese a que refleja un compromiso mínimo, su aplicación está gravemente en peligro.
En peligro, debido a los grandes países industrializados que se han negado a aceptar la lógica de la acción colectiva y permiten que las emisiones de gases con efecto invernadero sigan aumentando.
En peligro, debido a aquellos países que han ratificado el Protocolo y que, hoy, se echan atrás o no respetan sus disposiciones.
En peligro, debido a todos aquellos -países industrializados o emergentes- que se niegan a comprometerse a cifrar sus resultados a largo plazo.
En peligro, debido a aquellos que pretenden que vagos compromisos voluntarios o un milagro tecnológico bastarán para resolver el problema.
Francia ha asumido todas sus responsabilidades. Porque seguir no haciendo nada sería irresponsable y equivaldría a dejar que el cambio climático se convierta en una amenaza no sólo para el desarrollo, sino también para la paz y la seguridad internacionales.
Por estas razones, Francia vela por el respeto estricto de las obligaciones que contrajo en virtud del Protocolo de Kioto. Sus emisiones de CO2, que representan menos del 40% de la media de los países de la OCDE, se han estabilizado. A largo plazo, Francia se ha comprometido a reducirlas en un 75% de aquí al año 2050. Con el informe de Christian de Boissieu sobre el " Facteur 4 ", tenemos los datos que demuestran que es factible desde un punto de vista económico sin incidir de forma negativa en el crecimiento. Ya está preparando las medidas incitativas y reglamentarias necesarias para alcanzar este objetivo.
En efecto, el Protocolo de Kioto es sólo el primer paso. Un nuevo marco de acción es necesario para el periodo que comienza en 2012. Con la Unión Europea, Francia propone la instauración de un régimen multilateral eficaz y reforzado.
Dicho régimen deberá fijar compromisos aún más ambiciosos de reducción de las emisiones para todos los países industrializados a partir de 2012.
Además, deberá asociar mejor a los países emergentes, cuyas emisiones vienen aumentando rápidamente, conducirlos a adoptar modelos de crecimiento económico más sobrios en carbono y facilitar las transferencias de tecnología a los países que se comprometan en este campo.
Asimismo, deberá adoptar un régimen de ayuda a la adaptación al cambio climático de los países más pobres.
Deberá combinar, más allá del Protocolo de Kioto, la utilización de los instrumentos de mercado, la fiscalidad y los compromisos reglamentarios.
Señoras y Señores:
Con el pretexto de que las catástrofes anunciadas no se han hecho realidad, algunos desearían que nos abstuviésemos de tomar medidas y desearían mantener la ilusión de que podrán escapar al esfuerzo común como por arte de magia.
Ahora bien, la alternativa que se nos presenta no consiste en elegir entre crecimiento económico y lucha contra el cambio climático. La alternativa consiste en elegir entre catástrofe climática y desarrollo respetuoso del medio ambiente.
¡Por tanto, dejemos de considerar la lucha contra los cambios climáticos como una molestia! Frente al deterioro del clima y a la escasez creciente de los recursos naturales, debemos entender que el futuro pertenece a aquellos que inventen un método de crecimiento económico que restablezca el equilibrio ecológico del planeta.
Señoras y Señores:
En febrero de 2007, reuniré en París a aquellos que desean formar parte de la vanguardia de una movilización internacional encaminada a defender esta visión de nuestro futuro común. Hago votos para que sus trabajos, aquí en Nairobi, se inscriban en esta ambición, al servicio de las generaciones futuras.
Muchas gracias.
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